A veces —el cazador, sí, a veces— sólo está.
sábado, 27 de noviembre de 2010
Llevar la cuenta
A veces —el cazador, sí, a veces— sólo está.
Cazado por Arilena Moscas del primer mes 0 zumbidos posición solar 23:37
lunes, 22 de noviembre de 2010
¿Y no serían mejor saltamontes?
—Puag, ¡moscas! —imagina que alguien le dice
El cazador se levanta, le da vuelta a las moscas. Se han chamuscado un poco por ese lado.
—Moscas. Son tan vulgares.
Por encima de la hoguera los árboles y en los árboles el zumbido intermitente.
—Saltamontes. Busca saltamontes. Suena bien. Cazador de saltamontes.
—¿Y qué es eso de cazador de moscas? —dicen.
El cazador se da la vuelta y les manda callar.
—Silencio —pide y vuelve a darle otra vuelta a las moscas que están al fuego.
Se le han quemado.
Cazado por Arilena Moscas del primer mes 0 zumbidos posición solar 17:13
domingo, 14 de noviembre de 2010
El cocotero
Sonrió. Volvió a golpear pero esta vez tanteando; primero fuerte y luego cada vez más débil todo alrededor del tronco. Y más alto —por encima de su cabeza— y a la altura de los pies. No le quedaban dudas. Ese era el cocotero perfecto, los cocos estaban listos.
Apenas si estaba oscureciendo pero las moscas ya bajaban al suelo, a dormir. El cazador encendió una hoguera junto al árbol. Los cocos, decidió, los sacaría a la mañana siguiente.
Cazado por Arilena Moscas del primer mes 0 zumbidos posición solar 0:03
miércoles, 10 de noviembre de 2010
Llovía, llovía mucho
Observaba la punta de su lanza con detenimiento. De vez en cuando la rascaba por un lado, y las muescas de madera caían al suelo lleno de agua.
Llovía, llovía mucho. El cazador de moscas nunca había visto llover de esa manera hasta esa mañana.
Cazado por Arilena Moscas del primer mes 0 zumbidos posición solar 21:59
domingo, 7 de noviembre de 2010
La hoguera
El cazador mira la hoguera del centro del claro. Ha decidido que dormirá allí. Ahora cocina una de las moscas que cazó.
—¿Cómo se llamaba?
Coge la lanza con la mosca ensartada, la aparta del fuego y se la acerca. La toca con dos dedos. Tira de una pata. La prueba. Todavía está algo dura.
—¡Dime mi nombre! ¿Quién es el hombre de la isla? —grita hacia ninguna parte.
Luego sigue comiendo. El resto de moscas zumba. Y eso es lo único que se oye en la isla.
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Cazado por Arilena Moscas del primer mes 0 zumbidos posición solar 23:59
viernes, 5 de noviembre de 2010
Ésto es cómico
Luego había arrojado la lanza y ensartado una de aquellos bichos. Se había levantado apenas, movido unos centímetros más adelante y, todavía con la lanza bien apretada —y la mosca clavada en la punta— había resbalado y había quedado colgando de espaldas al suelo, sujeto por unas lianas. La nube de moscas volvía a posarse otra vez. En las ramas, en las hojas, en las lianas y en la lanza y una, del tamaño de un puño cerrado, sobre la tripa del cazador —movíase nerviosa, reconociendo ese terreno blando y carnoso al que estaba poco acostumbrada—.
—¡Terríblemente cómico! —gritó el cazador agitando en el aire la lanza.
Y la mosca de su tripa, del tamaño de un puño cerrado, echó a volar, asustada.
Cazado por Arilena Moscas del primer mes 0 zumbidos posición solar 1:32
miércoles, 3 de noviembre de 2010
Primer día de caza
Al principio buscó cabras salvajes, monos, pájaros incluso. Pero allí lo único que había eran árboles enormes y moscas.
Moscas grandes.
Y muy negras.
Y ruidosas.
Y aún así, eran moscas difíciles de cazar.
Cazado por Arilena Moscas del primer mes 1 zumbidos posición solar 21:31
Tres moscas
Y tres moscas apenas llegaban para la cena.
Cazado por Arilena Moscas del primer mes 0 zumbidos posición solar 18:14