lunes, 3 de enero de 2011

Todo saldrá bien

Con más de diez moscas para la cena, el cazador es inmensamente feliz. Las ve revolverse en las jaulas. Aún no las ha matado. "Todavía no hace falta" se dice. Las mira con un aire feliz, como diciéndoles que no se preocupen, que todo saldrá bien.
—Mis niñas. Todo va a ir muy bien.
A las más grande la llama Eleanor. Lo decidió cuando consiguió por fin encerrarla en la jaula.
—Ea, ea. Eleanor —le dice a veces.
Y Eleanor se revuelve dentro de su coco-jaula mientras el cazador va amontonando palitos secos.
—Ea, ea. Eleanor, bonita —le dice de nuevo.
Un humillo tímido empieza (¡Al fin!) a salir de entre la leña. El cazador coje entonces su lanza y alcanza con la otra mano una de las jaulas. La abre despacio, con cuidado que la mosca no escape, y zas, la ensarta. Sobre la hoguera le da vueltas lentamente.
—Oh, Eleanor, no hay ninguna prisa.
Cuando acaba con las otras nueve coje con delicadeza la jaula-coco de Eleanor. Ella zumba dentro (casi se podría decir que tiembla). El cazador la mira sonriente, con la jaula-coco a la altura de los ojos.
—Eleanor, querida, no hay porqué tener miedo. Todo saldrá bien.

No hay comentarios: